Huargen

Reclusos malditos

Tras la formidable Muralla de Cringrís, una terrible maldición se extendió por la aislada nación humana de Gilneas y transformó a muchos de sus valientes ciudadanos en espeluznantes bestias lobunas conocidas como «huargen». Los eruditos humanos debatieron ampliamente el origen de la maldición, hasta que se descubrió que los primeros huargen no eran pesadillas de otra dimensión, tal y como se creía, sino elfos de la noche druidas malditos.


Historia de los huargen

Hace mucho tiempo, durante una cruenta guerra en Kalimdor entre elfos de la noche y sátiros demoníacos, un grupo de druidas practicaba la habilidad de transformarse en poderosas pero indómitas formas que encarnaban la furia de Goldrinn, el ancestro lobo. El objetivo de estos druidas de la manada, adoctrinados por Ralaar Colmillo de Fuego, era blandir la Guadaña de Elune, un artefacto místico, para templar la incontrolable ira inherente de sus formas.

Sin embargo, en lugar de aplacar la furia de los druidas, la Guadaña transformó a Ralaar y a sus seguidores en huargen, bestias humanoides esclavizadas por sus propios instintos primigenios.

Los druidas de Ralaar atacaron a aliados y a enemigos por igual. Los elfos de la noche heridos por las bestias contrajeron una virulenta maldición que también los convirtió en huargen. Desesperado por contener la enfermedad, el archidruida Malfurion Tempestira desterró a los huargen a una parte del Sueño Esmeralda, el mundo de los espíritus de Azeroth, donde dormirían en paz para siempre.

La amenaza de los huargen quedó contenida durante miles de años, hasta que el archimago Arugal despertó a las lobunas bestias del Sueño. Convocados por el rey Genn Cringrís, los huargen se enfrentaron a las tropas de la Plaga que amenazaban el reino de Gilneas. Aun así, las ferales criaturas no tardaron en extender su maldición por la población humana, e infectaron a los soldados gilneanos que había apostados al otro lado de la Muralla de Cringrís.

Los elfos de la noche, quienes se sentían responsables del origen de la maldición y de los estragos que esta provocó, decidieron ayudar a los gilneanos. Con la Guadaña de Elune, los elfos de la noche no pudieron curar la afección de forma permanente, pero lograron enseñar a los gilneanos a controlarla: estos aprendieron a cambiar a voluntad de forma humana a huargen y viceversa. Ahora, estos autodisciplinados huargen se han reincorporado a la Alianza como poderosos aliados, listos para luchar por su humanidad y su lugar en la sociedad.

Capital

Guilneas

Guilneas

Recientemente, estos salvajes huargen han lanzado una ataque sorpresa contra la capital fortificada del reino, la Ciudad de Gilneas. Los ciudadanos que no están infectados han tomado las armas para defender su hogar y ahora luchan contra los huargen en las sinuosas calles adoquinadas y los estrechos callejones. Pero ante la falta de señales de rendimiento, la amenaza huargen ha hecho que la gente tema que los días en los que Gilneas sobrevivía por sí misma hayan llegado a su fin.

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