Draenei

Exiliados espirituales

Mucho antes de que el titán caído Sargeras desatara la Legión sobre Azeroth, conquistó el mundo de Argus junto con sus moradores: los eredar. Convencido de que esta superdotada raza jugaría un papel fundamental en su afán de destruir la creación, Sargeras contactó con los líderes de los eredar —Kil'jaeden, Archimonde y Velen— y les ofreció poder y conocimiento a cambio de su lealtad.


Historia de los draenei

Velen fue el único en abstenerse puesto que había tenido una visión. En ella, los suyos se transformaban en demonios, en miembros de la Legión Ardiente de Sargeras, un ejército creciente de una maldad inefable. Con la ayuda de los benévolos naaru, Velen reunió a los eredar que pensaban como él y huyeron de Argus. Estos desertores se hicieron llamar «draenei» o «los exiliados».

Kil'jaeden, enfurecido por la huida de Argus de los draenei y su negativa al ofrecimiento de Sargeras, dirigió las tropas de la Legión a la caza de sus antiguos congéneres por todo el cosmos. No obstante, los draenei eludieron a sus perseguidores y se refugiaron en un remoto mundo que llamarían Draenor. Allí, los draenei desarrollaron una sociedad extraordinaria y coexistieron en paz con los orcos chamánicos nativos del planeta de Draenor.

Con el tiempo, Kil'jaeden encontró Draenor y corrompió a los nobles orcos para convertirlos en un único y sanguinario ejército: la Horda. Cegada por la ira, la Horda masacró a gran parte de la raza draenei, y los supervivientes se vieron obligados a ocultarse. Muchos draenei, tras exponerse a energías viles manipuladas por brujos orcos, mutaron en seres deformes conocidos como «krokul» o «Tábidos». Años más tarde, el chamán Ner'zhul abrió unos portales mágicos por todo Draenor, y la energía resultante fracturó el moribundo mundo.

Lo que quedó de Draenor, conocido a partir de entonces como Terrallende, se convirtió en un campo de batalla para la Legión Ardiente y otras facciones en disputa por el control del asolado paraje. Para huir del caos, Velen y varios de sus seguidores tomaron El Exodar, una fortaleza dimensional. Los draenei abandonaron Terrallende en busca de nuevos aliados.

Sin embargo, los elfos de sangre habían saboteado los motores del Exodar, y los draenei tuvieron que realizar un aterrizaje forzoso en el mundo de Azeroth, donde juraron lealtad a la Alianza. Junto con sus nuevos aliados, Velen y sus refugiados volvieron a Terrallende y derrotaron a sus rivales demoníacos, pero Velen tuvo otra visión: se acercaba una guerra entre las fuerzas de la luz y de la oscuridad. Ahora, los draenei se preparan para defender Azeroth, su nuevo hogar, de una sombra que creen que no tardará en llegar.

Capital

El Exodar

El Exodar

En una ocasión, un grupo de draenei utilizó una estructura satélite del imponente Castillo de la Tempestad, la nave dimensional conocida como El Exodar, para escapar de su peligroso hogar en Terrallende. Tras salir del desolado mundo de los draenei, El Exodar apareció sobre el norte de Kalimdor cuando una espectacular explosión desgarró los cielos. La gran nave impactó sobre las costas de la Isla Bruma Azur, que se convirtió desde entonces en el hogar de los draenei refugiados provenientes de Terrallende. Tras su dramático aterrizaje, los draenei han utilizado los restos de El Exodar con gran éxito, transformándolos en una base de operaciones para su actividad en Azeroth.

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