Esta es la llamada del paladín: proteger a los débiles, llevar la justicia a los injustos y eliminar el mal de los rincones más oscuros del mundo. Estos guerreros sagrados van equipados con armadura de placas para poder enfrentarse a los enemigos más duros y la bendición de la Luz les permite sanar heridas y, en algunos casos, incluso devolver la vida a los muertos.
Los paladines se colocan justo delante de sus enemigos, confiando en su pesada armadura y la sanación para poder sobrevivir a una lluvia de ataques. Ya sea con enormes escudos o con aplastantes armas a dos manos, los paladines pueden aguantar zarpas y espadas de sus compañeros más débiles, pero deben usar la magia sanadora con cuidado para asegurarse de que se mantienen en pie.